“Te gusta la velocidad mi querido
vecino
Pero la confundes con el tocino
con extraña facilidad
Te gusta la velocidad y también
el rock & roll
Pero te sumerges en alcohol y te
mientes la verdad”
No, no tengo ningún problema con el alcohol, de momento.
Así empieza una canción que nunca he terminado.
Igual nunca la termino, igual nunca llega a ser canción.
Pero eso no me preocupa demasiado.
Lo de la canción, digo.
Lo del alcohol tampoco.
Lo de la prisa un poco.
El asunto de la prisa me persigue desde hace tiempo.
Me acompaña, me camina, me pone a prueba.
A veces se me presenta disfrazada de impaciencia,
y hace que me salte los semáforos.
Nunca me ha podido del todo, pero a veces…
Un día de estos me pilla un coche, o un autobús, o yo mismo…
“Más vale perder un minuto en la vida, que la vida en un minuto”
Solía decirme otra ex cuando la llevaba a su casa en moto.
Si, tengo muchas EX.
Tengo hasta en mi nombre…
Debe ser mi sino.
El caso es que en realidad creo que llevo no muy mal lo de la prisa.
Es un mano a mano diario, o semanal, o menstrual, que me entretiene y me distrae.
Me distrae.
Me freno y acelero, me freno y acelero…
Me detengo.
Me multo, me pago y prosigo.
A veces me tengo que quitar las gafas de fin porque no veo bien el principio.
Y me doy cuenta que en medio lo veo todo mucho más claro. Y me lo paso mejor
“Decelera, decelera, párate los pies”
Así continua la canción.
Es un rock & roll
¿Una canción sobre la prisa debería ser una canción lenta?
¿Es un rock sobre la prisa una contradicción?
¿A que huelen las putas nubes?
A veces me doy cuenta de lo bien que me lo pasé en un sitio cuando veo las fotos.
Eso creo que es multable, punible, lamentable… ¿Por qué hablo en bable?
Que alguien me eche un cable.
Que alguien me eche un cable y me ancle, aunque sea un ratito.
Un ratito en el muelle, hasta que suba la marea.
Y nos acabamos la cervecita tranquilamente, ¿vale?
Y entonces nos vamos, y por el camino vamos recordando lo bien que lo pasamos,
ese ratito tan bueno que echamos, aquel día que no hicimos nada.
ATENCIÓN: La frase que va a leer usted a continuación no procede de mis dedos,
si no de mis oídos:
“No corras, ve despacio, que a
donde tienes que llegar… Es a ti mismo”.
Me parecía que venía al pelo.
To the hair, que dirían por aquí.
Pues eso.
Buenas noches. Buenos días
P.D.
¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho?
¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho?
¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta
mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta
mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho?
¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta
mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta
mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho?
¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta
mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta
mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho?
¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta
mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta
mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho?
¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho?...
Jo macho
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